Deseandito de cambiar de año

Cela decía que "...la mañana, esa mañana eternamente repetida juega un poco, sin embargo, a cambiar la faz de la ciudad...." y yo lo suscribo, pero no sólo para la primera parte del día, en la que creemos que todo puede ocurrir de repente, sino también para el cambio de año.

2010 puede ser el del amor salvaje, de los viajes excitantes a destinos exóticos y del éxito profesional. También puede seguir siendo el de las noches frente al televisor, la pornografía en internet y las visitas esporádicas a casa de mamá, con su impertinente insistencia para que te abrigues más y te cortes el pelo.

La suerte está echada, y nada podemos hacer para cambiarla. Si en el primer párrafo cité a nuestro Nobel de Literatura, en este traigo a colación a Astrud, ese conjunto de pop contemporáneo, que sin despeinarse dice que "todo da lo mismo, nada depende de ninguna decisión" y anima a "cambiar el reloj de mano" o a "mojar el codo en tinta azul cobalto" para recordarlo. Es importante no olvidar esa recomendación, pero también debe saber, querido lector, que es propio de la condición humana tropezar con la misma piedra una y otra vez sin percatarse de que las cosas vienen sólas.

Adoro las cenas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no ingerir más de 20 gramos diarios de alcohol -dos cubalibres o tres cervezas-, y advierte de que no podemos recuperar en un día lo que no hemos bebido los anteriores. Son consejos que ha recogido con gusto la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), y cuyo seguimiento significaría la abolición efectiva de la Navidad tal y como la conocemos actualmente.

A la Federación le da igual que usted vomite a la salida de la discoteca, que haga el ridículo creyéndose muy importante (cuando no lo es), o que mañana se quiera morir cuando recuerde la discusión aquélla en la que le faltó al respeto a la abuela.

Recuerde, en estas fechas tan señaladas, que si toma dos cubatas se tomará también el tercero, el cuarto y el quinto, que si es usted ex fumador en Nochevieja fumará dos paquetes (y lo hará con chulería), y que bajo los efectos del alcohol hasta una barra de chorizo de pamplona con los labios pintados puede ser atractiva.

Si quiere beber beba, pero no se engañe pensando que lo va a hacer de modo responsable. En días así ni se puede tomar sólo una copita, ni follar sólo con la puntita.